domingo, 19 de mayo de 2013

RESPUESTA DE GRANDEZA


La Real está muy viva. Los txuri-urdin mantienen la cuarta plaza tras ganar en Sevilla a base de buen fútbol y sufrimiento

"Solo está derrotado aquel que deja de soñar". Esta es una pintada que apareció cerca del Manzanares en las horas previas a la final de la Copa. La Real cumple al pie de la letra este mensaje al aferrarse a la cuarta plaza del campeonato tras una victoria tan heroica como sufrida en el Sánchez Pizjuán. El conjunto txuri-urdin primero marcó la diferencia gracias a su extraordinario talento, que le permitió remontar incluso el tanto inicial sevillista, y después, en la segunda parte, se puso el mono de obra para defender con uñas y dientes su ventaja.

Nada más lejos de mi intención poner la venda antes que la herida, pero lo que está haciendo esta campaña, a lo que hay que sumar la gesta de ayer, tiene un valor incalculable. Cuando muchos ya se bajaban del caballo, con la típica reacción derrotista del guipuzcoano, este grupo de héroes se conjuró para mantener la cuarta posición en las tres jornadas que faltan. A estos jugadores no les importa ni lo más mínimo lo que haga el Valencia, ni que sea sospechoso que con la presión de jugarse 20 millones en cada comparecencia haya comenzado a ganarlo todo. Lo avisó Markel al día siguiente de la goleada en el duelo directo en Anoeta: "Vamos a tener que ganar muchos encuentros, porque lo van a vencer todo".

Bienvenidos de nuevo a los que dudaron, en este barco de ilusión y esperanza, de sueños e ilusiones; todos son igual de importantes y para sellar la plaza de Champions se necesita el empuje de todo el territorio. Nadie dijo que iba a ser fácil, pero el tema comienza a ser no apto para cardiacos, por mucho que nos vendan que esta presión es la buena. Mi corazón al menos no piensa lo mismo.

La prueba de ayer no era ni mucho menos sencilla, porque a la resaca de los dos tropiezos había que añadir los resultados de Getafe y Granada, ambos notablemente perjudiciales. En Valencia ya se frotaban las manos, seguros de que lo más complicado estaba hecho. Pero a muchos con alma de enterradores y memoria de pez se les olvida con rapidez, quizá hasta de manera voluntaria, que el equipo que mejor fútbol ha hecho este año, respetaremos en este sentido al Barcelona, es la Real. El conjunto txuri-urdin volvió a ofrecer una exhibición de carácter, madurez y confianza en sus posibilidades. Saltó al campo seguro de dar la cara y dispuesto a llevarse los tres puntos para mantener su condición de favorito en la carrera por la Champions.

En uno de los estadios más exigentes de Primera, no especuló en ningún momento y salió convencido de vender cara su brillante candidatura que acumula ya diez semanas en el puesto deseado. Después de un susto de Medel a los 30 segundos, con un disparo que se le marchó alto por poco, Griezmann se convirtió en el principal animador de los primeros minutos. A los dos minutos, tras recibir un buen pase de Vela, el galo disparó en posición franca, cuando además tenía a Agirretxe solo a su derecha. Solo tres minutos después, tras hacer una pared con el 9, no consiguió batir a Beto en su salida con la pierna derecha.

Creó muchas ocasiones

La Real llegaba mucho y generaba peligro con inesperada facilidad. Pero todo se torció a los nueve minutos. En la previa, Montanier restó importancia a la estrategia del Sevilla para destacar otras armas. Es poco probable, porque los que le conocen dicen que su punto fuerte como entrenador es su capacidad para desnudar al adversario.

El caso es que la Real se comió un invento del laboratorio de Emery con demasiada candidez. Xabi Prieto se confundió al cerrar la misma línea de pase de Illarramendi, y el balón atrás de Kondogbia lo envió a las redes Rakitic, al que no siguió Griezmann. El sevillista le quitó el protagonismo de un plumazo al galo, no solo en esta jugada, sino que después de un centro excelente de Vela, al que no llegó por milímetros Agirretxe, el croata cabeceó a su propia portería una falta sacada por Illarramendi.

El tanto hizo justicia a los méritos de uno y otro, sobre todo porque el arranque de los vascos no merecía el castigo de ir perdiendo. Pero para esta bestia parda como es la Real, tan hambrienta de gloria, el empate era un insuficiente botín. Tras otro intento con la zurda, Agirretxe por fin centró su punto de mira y desvió a las redes un buen envío de Carlos Martínez con su pierna mala. ¿Recuerdan? Valdés se llevó el tercer gol de la misma factura. Son tantos y tantos buenos recuerdos que convertirán a esta temporada en inolvidable y mítica.

Por cierto que fue el decimocuarto gol del ariete, cuya progresión no encuentra límites. En la primera parte fue un verdadero quebradero de cabeza para los dos centrales locales, que recurrieron a las malas artes para intentar frenarle, sobre todo cuando recibía de espaldas. Antes del entreacto incluso probó fortuna en otras tres ocasiones, pero sin suerte.

Vuelta al marcador 

El Sevilla vio cómo, sin quererlo ni beberlo, su visitante le había dado la vuelta al marcador y se lanzó al ataque. Con el 1-2 se hizo con el control gracias a que hacía superioridad numérica en el centro del campo, donde Xabi Prieto no ayudaba lo suficiente al doble pivote al estar muy adelantado. Negredo, que fue una amenaza constante, dispuso de dos buenas oportunidades y Medel se encontró con la respuesta de su compatriota Bravo en un remate claro.

El triunfo no estaba claro y los realistas se prepararon para afrontar una segunda parte de sufrimiento y que se iba a hacer muy larga. A la Real le faltaron argumentos con el balón para matar el encuentro, pese a que Illarramendi estaba mucho más inspirado, pero el Sevilla arriesgaba mucho con la presión y no tardó en encerrar a los realistas. Xabi Prieto tuvo una gran ocasión nada más comenzar, pero casi todo el peligro lo llevaron los sevillistas. No fueron disparos nítidos, pero el agobio fue constante.

Una pena que Vela no acertara en un uno contra uno y Griezmann en un disparo bastante escorado, pero se encontraron con un gran Beto. En esas apareció un colegiado tan incompetente como peligroso que comenzó a encadenar errores graves, lo que generaba una sensación de intranquilidad. Sus lunares graves fueron que no pitara un penalti sobre Agirretxe, que perdonara la roja a Kondogbia y un fuera de juego flagrante señalado a Medel cuando se quedaba solo.

La Real defendió como pudo y consiguió aguantar. Como los grandes. Como los que nunca se rinden. Como los que nunca quieren dejar de soñar. Cuando el Sevilla juvenil dedicó su título de Liga a la grada de los Biris en el descanso, estos les sacaron una pancarta: "En esta grada no puede caber más orgullo". Lo mismo que nos sucede a nosotros con esta Real. Sois muy grandes. Ayer se aseguró el quinto puesto y disputar la Champions hasta el último minuto del campeonato. ¿Dudas? ¿Miedo? Yo apuesto por la Real, ¿y tú?



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