El caso es que, además del ridículo, la Real perdió una oportunidad inmejorable para puntuar en el coliseo blanco. La historia de este encuentro interminable comenzó casi un mes antes, el 12 de diciembre de 2004. Corría el minuto 83 y el choque se consumía con un 1-1 que parecía inamovible porque los de Amorrortu tenían perfectamente controlada la situación cuando un aviso de bomba obligó a suspender el partido. El Santiago Bernabéu tuvo que ser desalojado en cuestión de minutos y bajo un silencio estremecedor, ya que Madrid vivía bajo la psicosis de los atentados del 11-M. Lo más curioso del caso es que la primera persona que desapareció del coliseo blanco fue el colegiado Lizondo Cortés, que salió como un rayo por la boca del vestuario hasta la Calle del Padre Damián.
Los aficionados situados en la parte baja del estadio abandonaron el campo por el césped mientras que el resto lo hacían por los llamados vomitorios. Los propios jugadores tuvieron que salir en ropa deportiva hasta la calle y, mientras esperaban a que se restableciera la normalidad, los realistas, sin apenas protección policial, fueron increpados por muchos seguidores madridistas. La mayoría de ellos se cebaron con insultos con connotaciones políticas e incluso les acusaban de haber provocado la suspensión del encuentro.
Las directivas tuvieron que negociar cuándo se iban a disputar los minutos finales y, después de descartar que se jugase el lunes siguiente, se fijó una fecha más tarde, exactamente el día de Reyes, para que se completara el choque. Lo que sucedió es que en esas Navidades el Real Madrid, que se encontraba a 12 puntos del Barcelona, destituyó a García Remón el 30 de diciembre y contrató a Wanderley Luxemburgo. Este brasileño destacaba por sus dotes motivadoras y consiguió que su equipo se conjurara para derrotar a la Real en lo poco que quedaba del encuentro.
Los blancos salieron como motos en un ambiente muy intimidador, bajo un griterío ensordecedor y en tres minutos generaron tres ocasiones de gol a una Real acobardada y superada por las circunstancias antes de que Ronaldo aprovechara un buen pase largo de Guti y, tras hacer una bicicleta, Labaka le derribó con claridad en el área. La indiscutible pena máxima la transformó Zinedine Zidane y, pese a que Asier Riesgo estuvo a punto de desviarlo, su disparo acabó en las redes. En pleno regodeo de la grada, Luxemburgo hizo dos cambios y el partido finalizó con una falta sobre Karpin en el centro del campo que intentó poner en el área Rekarte y su envío se quedó a mitad de camino. Aunque Amorrortu trató de quitarle hierro, la derrota fue de las escocieron y de las que causan heridas que no se olvidan para la afición txuri-urdin.
De los realistas que sufrieron en sus carnes la humillación de Reyes solo permanece en la plantilla Xabi Prieto. El donostiarra se libró de los seis minutos al haber sido sustituido en el minuto 79 del partido por Mikel Arteta. Curiosamente el mediocentro se marchó ese mes de enero al Everton.
REAL MADRID Iker Casillas; Salgado, Helguera, Samuel, Roberto Carlos; Beckham, Guti, Zidane; Ronaldo (Pavón, m.92), Raúl (Solari, m. 93) y Morientes.
REAL SOCIEDAD Riesgo; Rekarte, Luiz Alberto, Labaka, Javi Garrido; Karpin, Mikel Alonso, Aranburu, Gabilondo; Nihat y Kovacevic.
Goles 1-0, m. 41: Ronado. 1-1, m. 72: Nihat. 2-1, m. 87: Zidane, al transformar un penalti cometido por Labaka a Ronaldo.
Árbitro Lizondo Cortés.
Estadio Santiago Bernabéu. Unos 45.000 espectadores con entrada libre.
1 comentario:
Vamos a por el madrid ¡¡¡
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