miércoles, 7 de noviembre de 2012

¿HASTA CUÁNDO APERRI?


Hace muchos meses que no escribo un artículo sobre el primer equipo, y creo que ya va siendo hora. Esta temporada me he limitado a mi sección semanal Iñaki Milla da en el “Clavo” y al equipo femenino. ¡Ay las neskak! ellas sí que nos dan alegrías y ponen todo sobre el campo, pero hoy no voy a hablar sobre ellas…

La temporada pasada me cansé de cargar contra Philippe Montanier. Literalmente. Me agoté. Resultaba un lastre para progresar y cuanto antes abandonase la Real nos iría mejor, pero por una cosa u otra terminó la temporada en el banquillo txuri urdin. Un suplicio y un verdadero camino de piedras. Una vez finalizado el curso vislumbré un halo de esperanza, entraba en juego Unai Emery, el deseado. Pero prefirió el dinero ruso a este proyecto, por lo que Montanier comenzaría de nuevo la temporada al frente del equipo. Pánico.

Así que a tragar, de nada iba a servir empezar la temporada atizándole. Pero como muchos, es difícil de aguantar cuando un problema es tan manifiesto y no se hace nada por solucionarlo. Y es que el técnico galo tiene bula y parece dar igual que sus números no sean dignos de la Real Sociedad. No hay ultimátum para él en Málaga y seguirá al frente del equipo pase lo que pase.

Pero comencemos desde el principio y vayamos hacia atrás. Voy a hacer un completo repaso a su labor desde su llegada al club tirando de hemeroteca. El caso es que me costó una decena de partidos percatarme de que el mister francés no era ni mucho menos lo que nos habían vendido, y voy a recurrir a mis textos de la pasada temporada para ilustrar a la perfección lo que ha sido, bajo mi punto de vista, su discurrir en la Real Sociedad.

Así, hace ya más de un año -el 2 de noviembre- y tras la visita del R. Madrid (0-1) exploté por su planteamiento temeroso e inadmisible para un club de la historia de la Real Sociedad. Indignante. Un naufragio inminente fue mi primer artículo criticando duramente la labor del de Vernon. Era la jornada once, pero para mí, fueron más que suficientes para darme cuenta que no era nada de lo que nos habían dicho (como no se había jugado la primera jornada ante el Atlético de Madrid por la huelga de la AFE,  era el décimo partido oficial). Han pasado 370 días desde entonces, 370 largos días en los que apenas hemos avanzado y en los que hemos visto todo tipo de cosas.

La siguiente jornada fue la debacle en Vallecas (4-0) y cuando se unieron las primeras voces pidiendo, ya con claridad, la destitución del técnico galo. Pero Aperribay había sido claro en la Junta de Accionistas celebrada unos días antes: "Aunque se pierda ante el Rayo, Montanier seguirá en el banquillo realista” "Tiene toda la confianza del Consejo de Administración y de los jugadores". "El que quiera echarlo ya puede votar en contra de la ratificación, porque no se va a ir mientras estemos en el Consejo".

Un mes después seguimos cayendo en picado y solo una genialidad de Iñigo Martínez desde medio campo en Sevilla salvó la cabeza del ex del Valenciennes. En Una gran cortina de humo se notada mi desesperación y cargaba contra el Consejo y el diario oficialista por habernos engañado y habernos hecho creer un cuento tan bonito como ficticio, intentando ocultar las verdaderas razones de la destitución de Martín Lasarte. Eran los tiempos en que Mariga jugaba un partido tras otro y en los que llevaba ya tiempo pidiendo minutos para Ruben Pardo. Incluso Sarpong había sentado a Griezmann en alguna ocasión. Se veía a la legua que el normando sabía de fútbol como pocos.

Tras quince jornadas de continuos experimentos repitió alineación por primera vez. Estaba con el agua al cuello y su labor había sido tan desastrosa que el club había firmado un precontrato con Luis Aragones para que fuese su sustituto en el banquillo. La Dirección Deportiva había perdido ya la confianza en él y no le veían capacitado para llevar la nave a buen puerto. Después del antológico gol de Iñigo Martínez que salvó su cabeza, el equipo comenzó a atravesar una buena racha de resultados que sirvieron para que Montanier cogiera oxígeno.

Sin pena ni gloria, pronto acabó  la racha. Yo seguía muy molesto por la planificación tan nefasta que se había hecho durante el verano, y cuestionaba tanto al técnico francés como a Loren y Aperribay (Este verano por el contrario la planificación ha sido sobresaliente y en nada se parece al esperpento de la pasada, si bien Montanier no está aprovechando los mimbres que le han dado). En El experimento Montanier, un gran ´fake´ hablaba de un modelo fallido y totalmente agotado.

Y llegó la Copa y el bueno de Philippe terminó de perder el norte al alinear ante el todopoderoso Granada un ´once´ compuesto por seis defensas más Cadamuro, que jugó de interior. En total siete jugadores de corte defensivo  inventándose un ´once´ en la que tenían cabida Estrada, Ansotegi, Iñigo Martínez, De la Bella, Demidov, Mariga y Cadamuro para frenar al potente conjunto andaluz. De nada sirvió. Los nazarís dispararon 25 veces a puerta y lanzaron 22 saques de esquina en uno de los mayores bochornos que vivimos la temporada pasada y que por muy poco nos cuesta la eliminación pese a haber logrado un 4-1 en Anoeta. La Real no mereció pasar ronda. Por su parte, desde Igara nos seguían administrando anestesia afirmando que las cosas iban “viento en popa”. Ver para creer.

Era insostenible, aunque lo peor estaba por llegar, la debacle en Mallorca. El equipo bermellón, en uno de los episodios más humillantes en la centenaria historia del club, nos arrolló pese a llevar tres tantos de ventaja, y nos fuimos de la isla con seis goles en la mochila. Pero Montanier continúo al cargo y fue turno para Bienvenidos a la involución, donde analizaba los últimos resultados de copa y repasaba, como hago ahora, lo que había sido la temporada desde su llegada al club. No solo no habíamos avanzado ni logrado ese salto de calidad que en teoría buscaba el Consejo de Administración, sino que habíamos retrocedido. Así lo hacía constar a su vez tras la finalización de la primera vuelta del campeonato en Crecimiento cero.

Tras otra buena racha de resultados, algunas voces comenzaron a hablar de UEFA. Imposible, era como El cuento de la lechera, ya que este equipo había demostrado no estar capacitado para retos semejantes, tropezando en la misma piedra una y otra vez y fallando cuando se acercaba a la zona noble de la tabla.

Y así seguimos hasta final de temporada, sin pena ni gloria y con bastantes más sombras que luces. Menuda temporada. Montaña rusa de sensaciones, así fue toda ella. Arriba, y abajo, abajo y arriba. Con Lasarte nunca ocupamos los puestos de descenso; con el francés llegamos a ser colistas. Lasarte, con una plantilla menos potente y un equipo recién ascendido, consiguió un rendimiento mayor y el objetivo de la permanencia; Montanier, con una plantilla más potente y con la liga más barata de los últimos diez años, llegó a la última jornada del campeonato con un punto menos que el charrúa, superando finalmente tan solo en dos puntos los registros de su predecesor y sin conseguir el objetivo marcado. No hubo salto.

¿Por qué decidieron que siguiese entonces? ¿Por qué a Lasarte se le machacó por no utilizar a Illarramendi y a Montanier se le permite defenestrar a Pardo? ¿Por qué para lo que uno no valía para otro sí? La verdad es que cansa seguir acordándonos del uruguayo, pero en cuanto a táctica y lectura de partidos le da un repaso al normando. ¡Manda carallo! que diría aquel. ¿Pero no era Philippe el pequeño Guardiola? ¿no era él un enamorado del ´tiqui-taca´ y un técnico valiente? Pues ni una ni otra. Montanier, cada día que pasa, hace más grande a Martín Lasarte, que si bien era un gran orador y motivador que caló muy hondo en la afición, ni mucho menos era un gran táctico ni un dechado de virtudes como entrenador, pero que supera en todo, -salvo en plantilla- al de Vernon. ¿Y qué decir de la preparación física? Aquí la distancia habría que medirla en años luz. Podría seguir así durante un rato, y estoy seguro que vosotros también tendréis algunas comparaciones más en mente, pero dejemos ya a Lasarte tranquilo.

El caso es que nos la metieron doblada. Así, llegamos hasta el día de hoy, en el que los números de Montanier  caen por su propio peso. Tras 53 partidos al frente de la Real Sociedad sólo ha conseguido 17 victorias, con 7 derrotas en 11 partidos oficiales esta temporada. Paupérrimo. El nivel de exigencia y de mediocridad que se ha instalado en el club es preocupante a la vez que peligroso.

Pero es que no todo son números, también están las formas y las sensaciones, en las que el galo tampoco sale bien parado. El año pasado De la Bella era el tercer lateral izquierdo, empeñándose en utilizar a un diestro cerrado como Estrada en su puesto y a un defensa central como Cadamuro, siendo el catalán el único lateral izquierdo específico de la plantilla. Hoy y pese a haber realizado el club un gran y ambicioso movimiento en verano incorporando a un jugador del caché de José Ángel, De la Bella es el titular indiscutible, siendo Cadamuro un jugador defenestrado. Misma situación en la que ha estado hasta ahora hasta ahora Carlos Martínez o están Pardo, Ifrán, o el exiliado Llorente…

Chory Castro está infrautilizado y sigue haciendo experimentos como colocar a Estrada o José Ángel de extremos, o a Prieto el año pasado en banda izquierda y ahora de media punta; o convocar a potrillos que no son titulares ni en el Sanse. Sistemáticamente no alinea a los mejores; Markel Bergara o Elustondo están por encima de Illarramendi; el equipo se hunde físicamente una y otra vez y los rivales terminan más enteros que nosotros; no sabe leer los partidos y mucho menos responder con rapidez y acierto a las situaciones que se producen durante los mismos... Y la afición, como se ha podido comprobar en Anoeta, clama contra él. Dicen que Loren no está nada contento con su labor, y no me extraña. Entonces ¿a qué diablos espera Jokin Aperribay? ¿a que se recuperen los lesionados? ¿por qué no se toman cartas en el asunto si hace tiempo que se perdió la confianza en él?.

Quedan ocho largos meses por delante, y yo, como muchos, sabemos que esas cosas no las va a cambiar, y dudamos por completo de su aptitud y su capacidad deportiva y de liderazgo. Como pregunta el encabezado de este artículo: ¿Hasta cuándo Aperri?

Estamos a tan solo un punto de los puestos de descenso y en caso de no ganar en Málaga el sábado, es probable que seamos unos de los tres equipos que ocupe esos puestos al finalizar la jornada. Ante la falta de decisiones del Consejo, ya pueden llegar los resultados de manera urgente para huir del fondo de la tabla.

Y el día 14 Junta de Accionistas, a ver cómo están los ánimos. Que no se tuerzan más las cosas por favor.


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