viernes, 30 de noviembre de 2012

50 SOMBRAS ¿DE GREY? NO, DE WHITE & BLUE

Cuando la estudiante de Literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarle, pero pronto comprende cuánto le desea. Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos. El libro se destaca por sus escenas explícitamente eróticas, con elementos de las prácticas sexuales que involucran: bondage/disciplina, dominación/sumisión, sadismo/masoquismo.

Ante el éxito del libro y la recomendación de varias amigas, decido leerlo. Y conforme iba avanzando en la historia, me iba dando cuenta de cómo se parecía la relación de Anastasia y Christian a la que tú y yo llevamos desde hace tanto tiempo.
Eres capaz de ser amable, afable, encantador, generoso, sexy y darme el mayor placer del mundo. Ahora, que nuestra relación se encuentra en un momento tan duro, penoso y arriesgado, vienen a mi memoria los recuerdos de la década de los 80 cuando, en plena adolescencia y cuando andaba de aquí para allá me atrapaste definitivamente para siempre y me lancé a tus brazos a disfrutar de nuestros juegos amorosos que tanto placer me regalaron. Eras tan generoso en tu entrega y lo dabas todo, una y otra vez, con pasión, deseo, entrega y ganas de hacerme feliz.

Todo ha cambiado. Hoy me ilusionas y haces que se encienda en mí la llama del deseo, pero me defraudas cuando noto en ti que ya no te entregas con aquella pasión de entonces. Cuando, a pesar de tus promesas, noto que ya no sientes esa pasión, que sólo intentas cumplir el expediente, me vengo abajo porque el resultado me defrauda. Sin embargo, una y otra vez, vuelvo a ti, me entrego a ti y abandono todo por ti. Me estoy convirtiendo en una sumisa y noto que me dominas. El dominante y la sumisa, Christian y Anastasia.

Siempre cedo ante tus promesas y consigues que periódicamente vayamos a jugar a tu habitación de juegos decorada especialmente para nuestros encuentros, y lo hago con una ilusión de primeriza, esperando que esta vez sí, que todo irá bien y funcionará, que me proporcionarás ese placer y ese gozo que tan ansiadamente deseo. Me pones las esposas, me anudas los tobillos con tus corbatas y me azotas con tus látigos hasta que consigues que todo mi cuerpo se sienta dolorido. Entonces, llorosa y decepcionada compruebo que por enésima vez, has conseguido defraudarme.

La última vez esta semana me ilusioné, tus promesas de portarte como un buen amante hicieron que creyera ciegamente en ti y me preparé especialmente para acudir a tu habitación de juegos: mi mejor ropa interior en tu color favorito (azul y blanco), todos los "juguetes" necesarios para enloquecer de placer, mi mejor sonrisa, mis ojos brillantes y mis labios deseosos de pronunciar tu nombre hasta llegar al éxtasis... Pero me volviste a hacer daño azotándome con tu falta de interés y ganas, golpeándome en la cara y sobre todo donde más duele porque me rompiste el corazón. No llegamos al clímax. Dominas mis sentimientos hacia ti y me tienes atrapada. Asumo que eres la parte dominante de nuestra relación y yo soy la sumisa que enésimamente acudo a tus llamadas. Pero, estoy cansada y no puedo más aunque sé que volveré a acudir a tu Habitación de juegos, porque soy la sumisa y tú el dominante como Anastasia y Christian.


No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

TODAS LAS NOTICIAS
POR FECHAS