2.000 aficionados poblaron las gradas del estadio de Vallecas
Da gusto llegar a un barrio como Vallecas y ser recibido como si estuvieses en casa. Todos los realistas que ayer estuvieron por las calles del barrio madrileño seguro que guardarán este día en el recuerdo por muchos años porque lo vivido en los prolegómenos, durante y tras el encuentro es el mejor ejemplo de deportividad y respeto entre las aficiones de dos clubes. Un grato partido que además se llevó la Real desatando la locura de los 2.000 txuri-urdin que poblaron las gradas del estadio vallecano.
Desde muy pronto ambas aficiones se citaron en la calle Albufera para calentar, en el mejor sentido de la palabra, el duelo. Sin duda, fue el mejor desplazamiento que se recuerda a esta afición, por el multitudinario y espectacular ambiente. Desde el sábado los alrededores del estadio vieron cómo cientos de camisetas realistas paseaban, cantaban y disfrutaban a la espera de la victoria que estaba por llegar.
Esa buena relación entre los dos equipos se vio reflejada justo antes de que el árbitro pitase el inicio. Por la megafonía del estadio, el club vallecano dio la bienvenida a la afición guipuzcoana al tiempo que al unísono todo el estadio recordó a Aitor Zabaleta con el conocido cántico en su memoria.
Los gestos entre aficiones se sucedieron, y los realistas acompañaron al estadio en una pañolada que había prevista para el minuto 13 de partido contra la directiva del Rayo.
El final del partido dejó varios detalles. En el momento en el que Vela dejó el campo, todo el estadio ovacionó al mexicano, e incluso se pudo ver a Montanier desatado junto a la afición. Un diez para todos.
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