Pero ya hemos pasado página. Faltan tres jornadas y somos el cuarto clasificado de la Liga. Estamos empatados a puntos con el todopoderoso Valencia pero en virtud de los nueve goles que les hemos endosado esta temporada, la cuarta plaza es para nosotros. Y sólo nos queda defenderla. Es nuestra por méritos propios.
Nos queda un calendario complicado. Sevilla, Madrid y Deportivo. Pero las dudas que se han podido escuchar estos días sobre el equipo no podrían ser más injustas. Recordemos todo lo vivido esta temporada y sobre todo, todo lo disfrutado. Esta plantilla ha demostrado ser capaz de ganar a cualquiera, ¿por qué no iba a hacerlo ahora? La clave está en que nosotros no tenemos presión. Los de Montanier deben salir al campo a disfrutar, su premio ya está asegurado: la Real estará en Europa el año que viene. Son otros los que están obligados a conseguir algo que no está en su mano.
Para los más escépticos debería valerles la vuelta de Illarramendi. El centrocampista ha demostrado ser el auténtico pulmón del equipo. Su calidad en el campo no pasa desapercibida a nadie, a pesar de ser un jugador discreto. Pero es que su calidad es mucho más evidente cuando no está. Los distintos parches por los que se ha optado en sus diversas ausencias no han conseguido que la Real fuera la que acostumbramos. Sin él nos desdibujamos. Sin él nos rompemos. Sin él nos falta inteligencia. Pero en Sevilla, con él, seguro que logramos los tres puntos.
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